domingo, 13 de febrero de 2011

Las cisuras en el circuito cerebral  nos hacen   más propensos a la ansiedad


ScienceDaily (Feb. 10, 2011) — ¿Por qué algunas personas se sienten muy inquietas al enfrentar los asuntos más triviales, mientras que otras se mantienen tranquilas ante una calamidad? Los investigadores de la Universidad de California, en Berkeley, han identificado dos distintas cisuras en nuestro circuito cerebral que explican porqué algunos de nosotros somos más propensos a la ansiedad.

Sus resultados, publicados el 10 de febrero. en la revista Neuron pueden preparar el terreno para el tratamiento de los desórdenes crónicos del miedo y de la ansiedad. Tales males afectan por lo menos a 25 millones de americanos e incluyen ataques del pánico, fobias sociales, comportamiento obsesivo-compulsivo y desorden  de estrés pos-traumático.

En el estudio de la imagen del cerebro, los investigadores de la UC de Berkeley y de la universidad de Cambridge descubrieron dos diferentes caminos neurales que desempeñan un papel en si desarrollamos y superamos los temores. El primero implica una amígdala hiperactiva, que es el lugar en el que el cerebro refleja la reacción primitiva de lucha o huida y juega un papel en el desarrollo de fobias específicas.

El segundo involucra la actividad de la corteza prefrontal ventral, una región neural que nos ayuda a superar nuestros miedos y preocupaciones. Algunos participantes podían movilizar su corteza prefrontal ventral para reducir sus respuestas de temor, incluso aún antes de que ocurrieran los hechos negativos, según se detectó en el estudio.

 “Esto es importante porque sugiere que alguna gente le resulta posible poder utilizar esta parte frontal ventral del cerebro para regular sus respuestas de miedo --incluso en situaciones donde están en curso acontecimientos estresantes o peligrosos,” dijo la  psicóloga Sonia Bishop  de la UC de Berkeley, responsable principal del informe.

“Si podemos entrenar a esos individuos que no son naturalmente buenos en poder hacer esto, podemos ser capaces de poder ayudar a individuos crónicamente ansiosos como también a los que viven en situaciones que los exponen a situaciones peligrosas o estresantes a largo plazo,” agregó Bishop.

Bishop y su equipo utilizaron una imagen de resonancia magnética funcional (fMRI) para examinar los cerebros de 23 adultos sanos. Mientras sus cerebros eran escaneados, los participantes visualizaron varias situaciones en las que una figura virtual fue vista en un cuarto computarizado. En un sitio, la figura podía colocar sus manos sobre sus oídos antes de que un grito fuera escuchado. Pero en otro cuarto, el gesto no predecía cuando ocurriría el grito. Esto colocó a los voluntarios en un estado sostenido de anticipación.

Los participantes que mostraron hiperactividad en la amígdala desarrollaron respuestas muy fuertes de miedo frente a los gestos que predecían los gritos. Un segundo factor de riesgo totalmente independiente  resultó ser el  fallar en la activación de la corteza prefrontal ventral. Los investigadores encontraron que los participantes que podían activar esta región eran mucho más capaces de disminuir sus respuestas de miedo, incluso antes de que los gritos pararan.

El descubrimiento que no hay uno, sino dos rutas en el circuito del cerebro que conducen al miedo o la ansiedad intensificados es la principal conclusión, dicen los investigadores, que da esperanza de apuntar a nuevas propuestas de tratamiento.

 “Algunos individuos con desórdenes de ansiedad  son ayudados más por terapias cognoscitivas, mientras que otros lo son más por tratamientos medicamentosos”, sostuvo Bishop. “Si sabemos cuáles de estas vulnerabilidades neurales adolece un paciente, seremos capaces de predecir qué tratamiento lo puede ayudar.”

Además de Bishop, los co-autores del estudio son Anwar O. Nunez Elizalde en la UC de Berkeley; Iole Indovina del Neuroimaging Laboratory de Santa Lucia Foundation en Roma, Italia; Trevor Robbins en la universidad de Cambridge en el Reino Unido, y Barney Dunn del MRC Cognition and Brain Sciences Unit in Cambridge, U.K.

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