Un yogui ecológico en perspectiva
por David Romanelli*
Mi primer paso en llegar
a ser verdad “ecologista” fue cuando compré un Toyota Prius en 2005. Era uno de
los primeros en Arizona propiamente un Prius y la gente quizás dijo: “no vas a
tener ninguna chance con las damas conduciendo este pedazo de m…,” o “si esta
cosa no es un híbrido, será una horrible patata en ruedas.” Ahora, por
supuesto, el Prius es una imagen que define el movimiento verde. Y como
quisiera decir que era un revolucionario ecologista porque tenía un Prius en
los inicios del movimiento, aunque no fue así realmente. Intento reciclar, así que traigo una botella reusable de agua a la clase del yoga y compro detergente
ecológico. Y recojo basura en el camino, así como utilizo bulbos fluorescentes, y
limito mi uso de papel. Pero la otra noche mi novia (más joven que yo) me regañó
por usar 3 hojas de toallas de papel para limpiar mis manos… así como regañé a
mi mamá para no tener una cesta de basura de reciclaje en su casa… así como mi
mamá regañó a mi abuela por negar el calentamiento global como una realidad.
Y me di
cuenta de algo... el movimiento ecologista es todavía un movimiento muy generacional.
Para que todo el mundo (no sólo la juventud) realmente tome las riendas es
necesario golpear a la gente en el corazón. Ser ecologista no es sólo una lista
de instrucciones que hay que seguir. Es un sentimiento, una filosofía, una
vibración. Tal como fue bien señalado en la película The 11th Hour: "el deterioro de nuestro planeta es un reflejo externo
de una condición interna". Verdaderamente "la opción ecológica"
es una declaración de unión con el mundo en el exterior y el mundo en el
interior. Proteger a los árboles, cielos y mares, pero también proteger la
mente, cuerpo y espíritu. Aquí están algunos consejos sobre la opción ecológica
que no puede ver en su periódico local:
1. Proteja el momento presente.
Hace
sólo 20 años, las personas fumaban en aviones, los coches arrojaban escape
sucio y la gente no pensaba dos veces antes de arrojar una lata de refresco en
la calle. Hoy, si haces cualquiera de esos actos, ¡probablemente oirás a la
gente estallar y gritar! Pero el hecho es que contaminamos el momento presente
si lo que usamos contamina el medio ambiente. Contestamos el teléfono celular
mientras participamos en la conversación con alguien en la misma habitación.
Volvemos a los correos electrónicos mientras ordenamos un café en Starbucks.
Conducimos mientras enviamos un mensaje de texto. El momento presente es el
escenario donde sucede la vida. En otras palabras, todo lo que se recuerda en
la vida son momentos. Si el momento es incómodo y lleno de obstáculos, nunca
tendrás vivencias profundas y conmovedoras. Si realmente quieres ser ecologista,
ante todo, vive el momento.
2.
Abre el potencial de su
cerebro.
Un ser humano puede
utilizar una “fuente limpia de energía” y sobre todo sin aprovechar de su propio
cerebro. Según The Einstein Factor [el
factor Einstein] de Win Wenger y Richard Poe, el cerebro humano puede almacenar
hasta 280.000.000.000.000.000.000 bits de memoria. Y las estimaciones de la
velocidad de la operación del cerebro oscila entre 100 a 100.000 teraflops (un
teraflop es 1 trillón de flops, la medida estándar de velocidad de computación).
En comparación, el superordenador más rápido del mundo funciona en solo 100 mil
millones de flops. Aprender a calmar y aprovechar
la mente, sea mediante el yoga, la respiración consciente, o 10 minutos de siesta,
aumentamos significativamente nuestra eficacia y aprecio por la vida.
3.
Aprovechar el viento, seguir la corriente y surfear la
ola.
Hay una
"corriente" natural descrita en las antiguas artes espirituales
orientales. Los yoguis la llaman prana, los chinos llaman a esto chi. Algunos
se refieren a él como un viento, el aliento, el mar. Cuando la melodía de una
canción genial barre tu mente alto y lejos, es la corriente. Cuando te sumerges
en el ascenso mágico de una dulce Savasana [postura yóguica de relax], es la corriente. Cuando el plato
perfecto de pasta a la amatriciana lleva
a tus papilas gustativas en un viaje de placer estático es la corriente. Seguir
esta corriente, es ser arrastrados en la oportunidad, la sincronicidad y la felicidad.
Por no tomarse el tiempo para disfrutar de la vida, te resistes a la corriente
y, no importa cuánto trabajes, siempre hay un sentido de lucha. Así que
tranquiliza la mente, también el cuerpo, vive el momento — y vuélvete ecológico.
· David Romanelli atraviesa
el país presentando los talleres Yoga + Chocolate, Yoga + Wine, y
Beautiful+Funny+Delicious, enseñando cómo las pasiones cotidianas (chocolate,
vino, música) son portales de acceso al momento presente. Su libro inicial YEAH
DAVE’S GUIDE TO LIVING THE MOMENT [Sí, la guía de Dave para vivir el momento],fue
publicada por Broadway Books/Random
House en marzo de 2009. Visite su website www.yeahdaveyoga.com.