Reflexología como complemento en
la atención del cáncer
Amber Suter
Mientras acompañaba, hace unas semanas, por un momento a alguien querido que lucha con un cáncer, reflexione sobre el mejor método a emplear --de los que conozco-- que alivie el dolor, la náusea y la ansiedad que generan los tratamientos de quimioterapia y mejore su calidad de la vida durante este duro episodio. El método que recordé como el más usado fue la reflexología.
La reflexología es un método de aplicación de presión en los pies, en las manos y, a veces, en los oídos con el dedo pulgar y la mano, técnicas que son aplicadas a zonas específicas que representan el ambiente interno del cuerpo y trabajan para ejercer un cambio positivo internamente. La historia y uso de ella data desde 2704 aC en China y su expansión evidente a través del globo desde Japón a Egipto, a Rusia, y finalmente a occidente en el siglo diecinueve.
Una amplia investigación ha sido hecha en occidente a partir de los años 80 en lo referente al uso de la reflexología para el cuidado complementario de los pacientes de cáncer. Es uno de los métodos que se pueden hacer en cualquier caso, por cuanto no es invasivo para el paciente y es beneficioso instruir a los miembros de la familia para incluirlo como cuidado casero. La investigación ha demostrado que un tratamiento de reflexología de 40 minutos es igual a una dosis de medicación para aliviar el dolor y sus efectos duran aproximadamente 3 horas. Además del alivio del dolor mediante la reflexología, hay un número de ventajas adicionales por utilizarla como herramienta complementaria en el cuidado del cáncer.
Con los pacientes bajo permanente tratamiento de quimioterapia, la reflexología ha demostrado que puede ayudar a reducir grandemente la náusea y los vómitos con una sesión de 30 minutos. Para un cáncer de niveles más avanzados, los beneficios pueden ser profundos en mejorar la calidad de la vida del paciente, la fatiga, reduciendo la ansiedad y la depresión y aliviando el dolor.
Lo que encontré con mi familiar es que antes del tratamiento de reflexología, había tenido un muy mal día. No se sentía bien, tenía mucho dolor, y era incapaz de comunicarse verbalmente bien o sentirse confortable. Después de comenzar el tratamiento de reflexología, en primer lugar, lo hizo sentirse muy cómodo, propiciando una gran relajación. Las adherencias fibrosas del tejido fueron encontradas en las áreas correspondientes de sus manos y pies; en las manos estuvieron en la eminencia tenar y alrededores y en los pies fuertes adherencias, puntos de tensión y energía densa que emanaba de las áreas del arco relacionadas con el riñón y la vejiga, origen del tumor creciente. Ella comentó cómo la base de sus pulgares está siempre llagada y dolorida, lo que se relacionan con los riñones y las glándulas suprarrenales. Trabajé la secuencia manos y pies con pequeños movimientos circulares de presión que comenzaban y terminaban con las “ caricias felices” (para hacer todo adecuado y bien para cualquier dolor aplicar la presión para aliviar los desequilibrios), después del protocolo: calentar el plantar superior del lado derecho del pie, luego el intermedio del lado derecho y después el izquierdo, calentar la parte baja en el lado derecho luego a la izquierda y repetir lo mismo en el lado dorsal de los pies e igual para las manos.
La comunicación y la energía mejoran mucho mientras se trabaja con las manos, y la relajación y el sueño profundo aparecen mientras se trabaja con los pies (a excepción de los puntos palpitantes de tensión). El dolor fue aliviado, aun si fuera por un momento, yo estaba agradecida. Agradecido por verlos y oírlos relajados y gozando el sentir calma y paz.
Ésta es una modalidad tan beneficiosa de educar a los cuidadores y a los miembros de la familia de los pacientes de cáncer. Puede ayudar al paciente a sentirse más en contacto con los que ama, con sus entornos, en vez de estar aislado con el cáncer. Es también una manera para que un pariente o el cuidador participe activamente, por ejemplo, en vez de apenas de visitar a las personas, siéntese con ellas, hable con ellas y trabaje activamente en sus pies o manos, proporcionándoles estimulación física, mental, emocional, y energética, armonía y comodidad.
Mi abuelo murió hace algunos años de cáncer de pulmón, y los últimos días de su vida física, aunque con una gran dosis de medicación para el dolor, su dolor creciente era desafortunadamente intenso. Él solicitó que vaya y esté con él y trabajé con él, era un terapista licenciada en masaje. Él deseó tanto la comodidad del tacto en sus últimas horas. Este toque fue posible con la reflexología porque la única área que le proporcionó alivio estaba en sus pies. Aunque cualquier persona le habría podido ser de mucha ayuda, fue un honor ser la que diera afecto en sus últimas horas a mi amado moribundo por el cáncer trabajando con reflexología su cuerpo y energía.
Animo a cualquier persona que en sus vidas se topen con alguien que vivie, lucha o agoniza con el cáncer a aprender algunas técnicas del reflexología para ofrecerles bienestar. ¡Sus vidas serán bendecidas por esto!