Escrito por: budistas-es el 06 Ago 2008 - URL Permanente
El estilo de vida de constante tensión al que todos estamos expuestos diariamente tiene consecuencias nefastas en nuestra salud. Sanos y enfermos experimentan por igual la locura de vivir en los tiempos que corren. Por obvias razones, aquellas personas que atraviesan una enfermedad sienten con mayor fuerza los efectos del estrés.
Un interesante trabajo publicado en Brain, Behavior and Immunity muestra el efecto de un programa de meditación sobre la cantidad de linfocitos CD4, los cuales son un componente fundamental del sistema de defensa humano y el blanco del VIH.
El tratamiento convencional para pacientes infectados en la actualidad utiliza las denominadas drogas antiretrovirales (ARVs) cuyos efectos en los últimos años han sido impactantes. Tal es así que en muchos países donde el acceso a tales drogas esta garantizado, los pacientes tienen una sobrevida que se incrementa de tal manera que esta enfermedad puede volverse crónica afectando mínimamente la calidad de vida.
De todas formas, como los autores del presente trabajo indican, hay todavía variaciones en la respuesta al tratamiento con ARVs. Tales diferencias pueden estar ligadas a los niveles de estrés que presente el paciente, como ya ha sido demostrado por otros trabajos de investigación.
Los investigadores decidieron estudiar si un tipo especial de terapia para el control del estrés denominada meditación conciente puede afectar de manera positiva los niveles de linfocitos CD4, los cuales son un indicador del progreso de la enfermedad. Brevemente, cuantos más linfocitos de este tipo tenga el paciente, el organismo tiene más posibilidades de defenderse de cualquier tipo de agresión y mejor será el pronóstico para el paciente.
Los autores trabajan en el Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Biocomportamiento de
Los resultados iniciales obtenidos son interesantes y alentadores. Los voluntarios que asistieron al taller de meditación por 8 semanas mostraron al cabo de dicho tiempo niveles de linfocitos CD4 iguales o ligeramente mayores a los observados al inicio del tratamiento.
Por otra parte, el grupo de voluntarios que tuvo un solo día de entrenamiento mostró niveles de linfocitos CD4 inferiores a los detectados al inicio del experimento. Esto indica un empeoramiento de la situación en el segundo caso.
Si bien el estudio es inicial y se llevó a cabo en una muestra pequeña de individuos infectados los resultados son interesantes y auspiciosos ya que señalan que un programa de bajo costo para entrenar a pacientes infectados en las técnicas de meditación conciente puede amortiguar un descenso en la cantidad de linfocitos CD4. Este efecto es directamente proporcional a la cantidad de entrenamiento recibido y dicho entrenamiento puede ser beneficioso como un complemento a las otras terapias en uso actualmente.
Como dice David Creswell, uno de los autores, “el programa de meditación conciente es un tratamiento de bajo costo y de tipo grupal. Si este hallazgo inicial puede repetirse en muestras más grandes es posible que este entrenamiento pueda ser usado como una tratamiento complementario y efectivo para la enfermedad causada por el VIH junto con las medicaciones”.
Los autores esperan determinar los efectos de la meditación conciente en futuros experimentos trabajando con mayor cantidad de voluntarios, realizando seguimientos a largo plazo y determinando si la meditación conciente afecta los niveles del virus en sangre.
Los linfocitos
Los linfocitos son las células responsables de las respuestas inmunitarias (inmune, del latín, 'estar libre de carga'). Se desarrollan a partir de progenitores linfoides inmaduros y se dividen en dos grandes grupos, linfocitos B y linfocitos T, según que estos progenitores linfoides maduren en la médula ósea (B) o en el timo (T), respectivamente. Los linfocitos B están especializados en la producción de anticuerpos. Los linfocitos T son responsables de las respuestas inmunes mediadas por células, así como de funciones de cooperación para que se desarrollen todas las formas de respuestas inmunes, incluida la respuesta de anticuerpos por los linfocitos B.
Las subpoblaciones de linfocitos, de las que existen más de 130, se pueden diferenciar por lo que, genéricamente, se denominan antígenos de diferenciación de leucocitos humanos y se designan como CD (cluster of differentiation; el término cluster hace referencia al grupo de anticuerpos monoclonales que los detectan).
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