miércoles, 22 de junio de 2011

Ensalada de Ideas Sobre el ADN

-Para Meditar

by Marisa on Sep.30, 2009, under GeneralGenética
 
“CUANDO ERES CONCEBIDO ERES SIMPLMENTE UNA HEBRA DE ADN” Deepak Chopra
Las secuencias de ADN que constituyen la unidad fundamental, física y funcional, de la herencia se denominan genes. El cuerpo humano tiene unos 100 trillones de células. Dentro de cada una de esas células está el núcleo que contiene el genoma -46 cromosomas que sostienen la huella que construye un cuerpo humano.
Cada cromosoma es una tira larga de ADN que esta fuertemente compactada y encierra las 4 letras de código genético: A, C, G, T (adenina, timina, citosina y guanina) que se emparejan en nucleotidas.
Estas nucleótidas están expuestas como ceros y unos de un programa de ordenador y agrupadas en series de genes y series de secciones largas sin código. A estas secuencias sin código se les atribuye el nombre de “ADN Basura” que conforman un sorprendente 90% del genoma, que nadie entiende.
El problema principal se encuentra en la compleja producción de proteínas. Se puede pensar que el libro del genoma humano tiene un texto mas avanzado pero todavía hacen falta 3 billones de letras para escribir 22,000 palabras. Parece que los científicos han descubierto algunos fragmentos de las palabras pero todavía no hemos sido capaces de completar las frases. Y John McPherson, Assoc. Professor, Dept. of Human and Molecular Genetics, Baylor College of Medicine, Houston, Texas, and former Co-Director of the Genome Center, Washington University, St. Louis, Missouri, especula en “la posibilidad de que esas secuencias sin código sean el resultado de virus de procedencia remota y aún presente en este alto porcentaje. “
“Pruebas de sangre confirman que algunas personas realmente han desarrollado nuevas hebras de ADN. Hay cambios importantes, mutaciones que no han ocurrido, según los genetistas, desde el tiempo en que supuestamente salimos del agua. Estamos haciendo un cambio evolutivo, sin embargo todavía no sabemos en que estamos cambiando. De las 2 hélices conocidas estamos pasando a desarrollar doce. Durante este tiempo, el cual parece haber comenzado hace unos 5 a 20 años, hemos estado mutando. Esta es la explicación científica. Es una mutación de nuestra especie hacia algo para lo cual el resultado final todavía es desconocido. No somos solo nosotros los humanos quienes estamos cambiando, sino todas las formas de vida en la Tierra se están volviendo cristalinas.” Dra. Berrenda Fox, fisióloga, naturópata y practicante holística del Centro Wellness Avalon en el Monte Shasta, California.
“Al activar todos los 12 filamentos del ADN creamos una alineación dentro de nosotros mismos que nos permite cambiar suavemente hacia niveles de vibración y frecuencia de luz mucho más altos, ayudando a nuestro proceso de ascensión al despertar más nuestra conciencia humana. Nuestros 12 filamentos de ADN se activan y conectan con nuestros 12 Chakras, portales de energía a través de los cuales accedemos a nuestro patrimonio Espiritual. Los 12 filamentos de ADN sirven como vínculos a través de los 12 chakras con la red de energía fuera de nuestros cuerpos. Los 12 chakras actúan como portales energéticos hacia nuestros cuerpos, conectándonos con las fuerzas vitales de existencia. Es a través de la apertura y activación de estos portales de energía que podemos empezar a conocernos verdaderamente a nosotros mismos”. Kate A. Spreckley, escritora y canalizadora.
“Los alcalinos de nuestro ADN forman una gramática regular donde hay reglas que conforman un lenguaje. Y por tanto, el lenguaje en el ser humano no apareció a modo de coincidencia sino como una reflexión de nuestro inherente ADN. Los cromosomas funcionan para modular ciertos patrones de frecuencia dentro de un rayo láser y dentro se influencia la frecuencia del ADN y así la misma información genética.” Pjotr Garjajev, Ruso biofísico y biólogo molecular, especializado en estudiar el comportamiento vibracional del ADN.
“Y dado que el planeta Tierra es un gigante imán en movimiento, no es difícil comprender como las interacciones electromagnéticas que soportan la relación Mente-Cuerpo a nivel individual, también pueden soportar interrelaciones psíquicas a nivel planetario, o sea, el fenómeno conocido como Conciencia Global.” DEl Proyecto de la medición Conciencia Global de la Universidad de Princeton.
“La Teoría de los Campos Morfogenéticos, como parte de la ciencia Epigenética, permite mejor explicación a la organización y al comportamiento de los seres vivos y su relación con la conciencia. La Epigenética por su parte estudia los cambios hereditarios que ocurren fuera de la secuencia del DNA, ya sea debido a factores ambientales o de otro tipo, los cuales pueden hacer que ciertos genes se enciendan o se apaguen; fenómeno conocido como ´silenciamiento de los genes”. Dr. Rupert Sheldrake, un importante biólogo considerado líder en los estudios de la conciencia y la teoría de la evolución post-Darwiniana, autor de A New Science of Life (Una Nueva Ciencia de la Vida).
”Genéticamente nuestro ADN cambia con las frecuencias que producen nuestros sentimientos, y demuestra cómo es que las frecuencias energéticas más altas, que son las del amor, impactan el ambiente de una forma material produciendo cambios no sólo en nuestro ADN (específicamente en lo que nuestros científicos llamaron “ADN basura” porque no encontraban su utilidad), sino en el ambiente que nos rodea, de una forma material. Gregg Braden, científico, ingeniero y sanador.
“Los seres humanos están aquí pare recordar, con conciencia y con el completo entendimiento de su conexión nata del Universo’. T. Taylor, Científico
”Si la teoría cuántica es correcta, la ciencia no puede estar en desacuerdo que estamos, de hecho, conectados con todo, incluyendo con nuestros visitantes extraterrestres!. Para ellos, nosotros somos los extraterrestres!’— Jess, (8 años, 

lunes, 16 de mayo de 2011

DESPUÉS DE MORIR - ANTES DE NACER
Isabella Di Carlo, Psicóloga Transpersonal y escritora. Autora de VALORES QUE CURAN (http://www.anahataediciones/).

Solemos preguntarnos ¿continúa la existencia después de la muerte? Si continúa ¿a donde vamos? ¿Nos reencontraremos con nuestros seres queridos? Curiosamente no nos preguntamos tanto por la otra cara de la misma moneda ¿de dónde venimos cuando nacemos? ¿Quién es este que hoy llega como mi hijo, como mi sobrino, como mi nieto? ¿De dónde viene? ¿Que vínculos son los que lo traen a esta familia y no a otra? El proceso de morir y el de nacer son el pasaje a través de la misma puerta en dos direcciones contrarias. Hay una forma adecuada de acompañar a quienes llegan por esa puerta y a quienes por ella se marchan. Veamos primero la partida, (dejando de lado las consideraciones en caso de muerte por accidente y en caso de suicidio), veamos la muerte natural. Escribo estas líneas un día antes de viajar a Montevideo a ver a mi madre (que tiene 89 años). Desde hace un tiempo cada viaje tiene sabor a despedida. No se si podré estar con ella cuando llegue la hora final. Se bien que quisiera que quienes la acompañen cuando ese momento llegue tengan acceso a las enseñanzas espirituales de las fuentes más puras. Por ella, y por todos los que como ella se preparan a partir, escribo. Quienes sientan a través de estas líneas que reconocen la verdad, sentirán que un orden perfecto rige todos los procesos. Que aumente el reconocimiento de ese orden amoroso que subyace a todos los sucesos aparentemente caóticos, es el anhelo de mi pluma.

EL MOMENTO DE MORIR

Si uno observa un fallecimiento aparentemente no sucede nada para el que ha partido salvo el reposo absoluto. Sin embargo, la realidad es que es el cuerpo el que se sume en ese estado de reposo, no el ser. Todas aquellas personas que han tenido alguna experiencia post-mortem y han regresado (“porque no era su hora” tal como aceradamente se dice) nos hablan del encuentro con unos ángeles portadores de luz, en cuya presencia sienten una infinita paz y una serenidad desconocida hasta aquel momento. Ese encuentro imprime una vivencia de tal belleza que la persona que tiene este contacto no quiere regresar a la materia. No desea en modo alguno regresar al cuerpo físico, porque en presencia de esa luz experimenta un estado de serena beatitud infinitamente más grato que ninguna experiencia anterior. Sienten que esa luz les completa, les eleva, les inunda, les libera. Según las enseñanzas de la Sabiduría Eterna a través del Maestro Tibetano y el Maestro Koot Hoomi , esa luz es la luz de los Señores de la Muerte. Según la enseñanza, en esos momentos que siguen a la última respiración, en esos sagrados instantes posteriores al último latido, da comienzo una extraordinaria actividad, la más trascendente de toda nuestra vida. Saberlo nos permite acompañar a nuestros seres queridos cuando mueren, sin perturbarlos. Que nuestros familiares lo sepan, nos permitirá cuando llegue el día cierto, transitar nosotros por el portal en paz. Adentrémonos en el proceso de la muerte del otro lado del velo. ¿Cuándo morimos? En el instante en que se corta el sutratma, el hilo que conecta el alma con la personalidad. El hilo de vida se corta por actividad de los Ángeles de la Muerte siguiendo las instrucciones de los Señores del Karma, los cuales a su vez siguen las motivaciones del Alma. Cuando se produce el corte se da un estado de quietud para el Alma, si en esos sagrados instantes las personas que están al lado de la persona que ha fallecido estuviesen en recogimiento, en quietud, en serena expectación, la acción de los Ángeles de la Muerte sería fácil. No siempre es así, muchas veces se produce una lucha entre los familiares (que con su pensamiento y sentimiento atraen el alma) y los Ángeles de la Luz que se están llevando el alma, cuando esta lucha es muy intensa se desencadena un coma. (Si esta lucha no existiera no existiría el coma, no hay según la sabiduría eterna ningún otro motivo que pueda causarlo). Desde la perspectiva del fallecido esa lucha es dolorosísima ya que lo que él experimenta es una paz y una serenidad indecibles cuando el cuerpo deja de actuar sobre su conciencia. Retenerle es perjudicarle. Cuando los ángeles de la luz logran vencer la oposición psíquica de las personas que están rodeando el cadáver, y el alma se retira se sucede otro misterio: la recapitulación. 

LA RECAPITULACIÓN

En la India están muy familiarizados con la idea de que la calidad del Devachán (el Cielo de los cristianos, el lugar al que el alma va en el período entre dos vidas) así como la futura condición prenatal de una persona y su nacimiento son modelados por el último deseo que tiene en el momento de la muerte. Esta idea es absolutamente correcta pero no debe ser mal entendida. Es imprescindible comprender que los pensamientos del momento de partir y las vivencias de la recapitulación no ocurren al azar. No pueden resaltarse unos pensamientos sobre otros por el capricho de las circunstancias finales, sino que los que se den se darán porque se corresponden a la nota preponderante que esa persona tuvo en esa vida. Lo que la enseñanza espiritual nos enfatiza es que es durante la vida cotidiana, en lo que decidamos aquí, hoy, donde sembramos la calidad de nuestra muerte. Es nuestro comportamiento, son los deseos que alimentemos, el desapego que logremos, las ideas que nutrimos, las causas que elegimos, las batallas que peleamos y la forma en que las peleamos lo que determina si elevamos mucho poco o nada la nota media de nuestras emociones y nuestros pensamientos. Construimos nuestro futuro hoy, la calidad de nuestros próximos años, la calidad de nuestra muerte, de nuestro Devachán y de nuestra próxima vida, se juegan en las decisiones presentes. Decíamos que los pensamientos del momento de la retirada determinan el futuro. Veámoslo citando al Maestro Koot Hoomi: “Esos pensamientos son involuntarios no tenemos más control sobre ellos del que tendríamos sobre la retina del ojo para impedirle que percibiera el color que le está afectando. En el último momento toda la vida se refleja en nuestra memoria y de todos los escondrijos y rincones olvidados emergen uno tras otro todos los acontecimientos. (…) Ningún hombre muere loco o inconsciente, contrariamente a los que aseguran algunos fisiólogos. Incluso un loco, o alguien en un acceso de delirium tremens, tendrá un instante de perfecta lucidez en el momento de la muerte, aunque sea incapaz de manifestarlo a los que están presentes. (…) En esos breves segundos posteriores al ultimo latido se revive la vida entera. Si os encontráis junto al lecho de un moribundo, hablad en susurros de lo contrario obstaculizáis el afanoso trabajo del Pasado derramando su imagen sobre el velo del futuro”.

Ante los Señores del Karma y ante el tribunal del Alma todo lo que ha hecho la persona en su vida física se revisa. Sus acciones se revisan y se extrae la nota media con la cual funcionó ese ser humano, esa nota que marca la vibración alcanzada por su cuerpo físico y su campo de energía, se guarda en Atomo Permanente Fisico Etérico (el primer gran disco duro). El siguiente paso es la recapitulación del mundo de las emociones. A lo largo de la vida experimentamos un sinfín de emociones, sentimientos y deseos, sin embargo hay un patrón vibratorio en el que nos vamos estableciendo, esa nota es la responsable de dar una orientación definida a la vida de la persona. Esa nota vibratoria se registra en la recapitulación en el Átomo Permanente Emocional (segundo gran disco duro). Finalmente, todos aquellos pensamientos, ideas, opiniones, registradas en la mente por el individuo tienen una nota predominante que se registra en el Átomo Permanente Mental, (tercer gran disco duro) de tal forma que según la nota vibratoria resultante se organiza la experiencia en el Devachán (Cielo) o el Avichi (infierno) y se determina cual será la materia física, astral y mental que utilizará el individuo cuando vuelva a nacer. Nacerá llevando una serie de experiencias dentro de sí que le permitirán vivir dentro de un mundo que desconoce pero al que se adaptará de acuerdo a quien él ya es. Cuanto más avanzada sea el alma tanto más podrá elegir un momento, un país, una familia y un sexo apropiados para poder cumplir con su propósito. En todos los casos nacerá exactamente en el nivel donde lo dejó en su vida anterior y ese nivel queda establecido en el instante de la muerte por el proceso de recapitulación.

LA CONTRICCIÓN
Cuando la recapitulación que provocó esta actividad de los átomos permanentes cesa, dice la enseñanza que vienen los ángeles que representan al Señor de la Justicia. El alma ha quedado queda sin peso específico alguno, pero sí con el recuerdo de los actos que hizo mal, en cualquiera de los subplanos inferiores y se procede a valorar. Este proceso es ni más ni menos que el que los sacerdotes egipcios simbolizaban mediante la Balanza de Osiris, en donde se pesaba el corazón de los muertos. Cuando el proceso de recapitulación y, allí, a través de un acto de contrición, alcanza la comprensión de lo que en el futuro debe ser evitado. Es importante distinguir el concepto de contricción del concepto de arrepentimiento. El arrepentimiento (mucho más propio del nivel de consciencia que tenemos cuando estamos encarnados) es negativo porque no resuelve nada. El arrepentimiento se enfoca en el pasado y se vincula a la culpa, es desear no haber hecho algo que de hecho si hicimos. Nada en este mundo cambia lo que hicimos. Tenemos libertad sobre nuestras acciones futuras, no sobre las pasadas. La contricción se enfoca en el futuro, tiene relación con la intuición, capta profundamente la verdad y con ello siembra una profunda determinación de evitar acciones similares en tiempos por venir. Una vez se ha realizado el proceso de contrición, el alma pasa a un estado similar, pero ya no en el plano astral sino en el plano mental, dicho “lugar” es el Cielo o Devachán. Estará en un subplano u otro del devachán según su nota vibratoria, siguiendo un orden exquisito. Lo que le toque vivir depende de cómo ha sido la vida que acaba de concluir, la “revive” extrayendo sólo las experiencias espirituales.

EL DEVACHÁN
El alma permanece luego de la contricción en el Devachán viviendo, actuando y acumulando experiencia hasta un próximo nacimiento. Sólo pasan al devachan los sentimientos de amor, sea cual sea su grado (y se distinguen muchos). Los demás intereses y recuerdos relacionados con nuestra vida social, política, financiera, es decir con todas las demás esferas de actividad, se pierden. Sólo el amor es inmortal, vivimos en el devachán con todas aquellas personas a las que amamos. La intensidad de nuestro amor determinará la belleza de nuestra experiencia y su duración. El otro sentimiento inmortal es el odio, si es el odio el que predomina, el destino del alma es el Avichi, o Infierno, también allí según la intensidad del sentimiento hay niveles y períodos de tiempo muy diferentes.

VOLVER A NACER
Nacer es tejer desde arriba hacia abajo el mismo proceso, en orden inverso. Como veíamos nuestros tres átomos permanentes retienen el nivel vibratorio alcanzado por cada uno de nosotros hasta el momento de la muerte. Si en una vida hemos hecho grandes progresos, la materia con la que se construyen nuestros cuerpos a la siguiente es mucho más refinada. Cuanto más alto el nivel vibratorio de nuestros cuerpos mayor la posibilidad de “diálogo” con el alma durante la encarnación, más sensibilidad al alma. Dado que hay una conexión entre los átomos permanentes y el alma cuando la vibración de lso cuerpos físico, emocional y mental es suficientemente alta el conocimiento acumulado durante muchas vidas por el alma puede descender al cerebro físico, cuando eso ocurre tenemos un genio. La genialidad no es entonces producto de la suerte, ni de la genética. Gandhi, Mozart, Sócrates y Einstein nacieron con la tremenda capacidad que les caracterizó porque la habían acumulado. No fueron herederos de sus padres, como no lo fue ningún genio, sino herederos de sí mismos. Nada se pierde, un orden perfecto rige, cada mérito y cada falta se contabilizan. Comprendiendo el nacimiento a la luz de la enseñanza espiritual resulta de gran trascendencia no provocar jamás un parto si no hay riesgo de vida para el bebé o la madre. El momento de la muerte y el momento del nacimiento los elije el alma, es sagrado, no debe ser interferido. Grandes cambios se ocasionan con nuestro intervencionismo.


REFLEXION FINAL
Comprender que la vida lejos de ser corta cruel y arbitraria, es un eslabón de una larga cadena, saber que todo está lleno de propósito, que hay orden, justicia y dirección (la de avanzar gradualmente hacia nuestra perfección) cambiará radicalmente nuestro punto de vista y nuestra actitud ante la existencia. Comprender que nada se libra a la Ley de Causa y Efecto, Ley del Karma, acentuará la necesidad de correctas relaciones humanas y la inofensividad llegará a ser lo que desde hace tiempo debiera ya ser: la nota clave para regir nuestras vidas. Inofensividad es no hacer daño ni por acción, ni por omisión, tanto el daño como el bien que hagamos, necesariamente regresa a nosotros, es la ley. Comprender que la muerte no es el final de la vida, sino sólo el final de este cuerpo, nos permitirá superar el temor a morir. La muerte no debe ser temida, la bondad del Creador está presente en un orden exquisito, aunque no siempre visible y la justicia, su corolario, rige. Pese a la belleza del Devachán, la muerte tampoco debe ser deseada; aunque la dificultad de encarnar (y volver a asumir cierta cuota de karma pendiente) es comparativamente mucho mayor, sólo encarnados evolucionamos. Lo que sembremos hoy es lo que seremos.
 
BIBLIOGRAFÍA
P. Sinnett - LAS CARTAS DE LOS MAHATMAS
Benjamin Creme – LA MISIÓN DE MAITREYA
Vicente Beltrán Anglada – Conferencia – LOS TRES MISTERIOS
Vicente Beltrán Anglada – Conferencia – EL PROCESO POST MORTEM

viernes, 18 de febrero de 2011

miércoles, 16 de febrero de 2011

MARTÍ MÍSTICO

La estrella que ilumina y mata. El Martí místico.

Muchas interpretaciones se han hecho a lo largo de los últimos decenios sobre la obra del Apóstol de los cubanos, pero escasas aquellas que revelan planos tan ocultos en su pensamiento como su conocimiento del espíritu. Desde la más adelantada juventud, luego de sufrir el presidio por sus ideas revolucionarias a los dieciséis años, se mostró conocedor de las más sublimes y ocultas leyes universales, como la Ley de Causa y Efecto y la Ley de Reencarnación:

Yo suelo no acordarme de mi daño, más que cuando los demás suelen sufrir por mí. Pero cuando yo sufro y no mitiga mi dolor, el placer de consolar el sufrimiento ajeno, me parece que en mundos anteriores he cometido una gran falta, que mi merecida peregrinación por el espacio me la ha traído a venir a purgar aquí, y es más desgarradora mi pena al pensar en el dolor y el sufrimiento que les espera a estos hombres que le están causando el mal a otros a sabiendas. [1]

A cada acción se opone una reacción que compensa el efecto de la primera, ley física que los hindúes denominaban Karma, y que actúa también en el hombre como parte integrante del Universo. Conocía el Maestro que algunos errores cometidos por él en otras vidas eran consecuencia de los sufrimientos a los que en esta había sido sometido, y es que a veces la respuesta a una acción puede retardarse tanto que alcanza planos superiores, dígase muchos años  –incluso vidas. Asimismo, la continuidad de la existencia después de la muerte, que “es vía y no término” [2] , supone en su criterio ante-vidas y post-vidas como conocimiento brotado de su intuición, como facultad que lo revela como un espíritu poseedor de un altísimo grado de evolución. Para alcanzar esta perfección el hombre tiene la oportunidad de elegir su camino: “(…) es el arquitecto de su propio destino.”, que puede ejercer lo que llamamos libre albedrío; elegir una vida fácil, para el lucro y contento personal (toda tendencia egolátrica), o brindarse en sacrificio por el bien de los demás: “(...) no se empieza a poseer la vida hasta que no vaciamos sin reparo y sin tasa, en bien de los demás, la nuestra.” [3]

Y cuando en una vida el hombre no es capaz de practicar el amor a toda la Naturaleza que le rodea, y su acción va en contra de ella, las leyes naturales de compensación actuarán, tarde o temprano, en el transcurso de una u otra vida para restaurar el equilibrio que fue entonces violentado.  Todo esto nos enseña Martí en “El Presidio Político en Cuba”, sin dudas una muestra de la conciencia universal que iba ya formándose en él como conocedor de estas enseñanzas esotéricas.

En este mismo artículo, al dirigirse al pueblo español, habla sobre su Dios, a pesar de que Martí no practicaba religión alguna:

      Si existiera el Dios providente,  lo hubiera visto, con una mano se habría cubierto el rostro, y con la otra habría hecho rodar al abismo aquella negación de Dios.
Dios existe, sin embargo, en la idea del bien, que vela el nacimiento de cada ser, y deja en el alma que se encarna en él una lágrima pura. El bien es Dios. La lágrima es la fuente de sentimiento eterno. (…)
Dios existe, y si me hacéis alejar de aquí sin arrancar de vosotros la cobarde, la malaventurada indiferencia, dejadme que os desprecie, ya que yo no puedo odiar a nadie; dejadme que os compadezca en nombre de mi Dios.
Ni os odiaré, ni os maldeciré.
Si yo odiara a alguien, me odiaría por ello a mí mismo.
Si mi Dios maldijera, yo negaría por ello a mi Dios. [4]

     ¿Cómo lo entendemos entonces? Es obvio que un espíritu tan evolucionado no podría someterse a ningún dogma religioso que estuviese en contra de su razonamiento: “(...) no hay rito mejor de religión que el libre uso de la razón humana (...)” [5] .

     
Otro texto cargado de esoterismo es, por supuesto, “Homagno” ¿Qué lectura podríamos hacer?

Homagno sin ventura
La hirsuta y retostada cabellera
Con sus pálidas manos se mesaba.
“Máscara soy, mentira soy, decía;
Estas carnes y formas, estas barbas
Y rostro, estas memorias de la bestia,
Que como silla a lomo de caballo
Sobre el alma oprimida echan y ajustan,
Por el rayo de luz que el alma mía

En la sombra entrevé,-¡no son Homagno!


Mis ojos sólo, los miro caros ojos,
Que me revelan mi disfraz, son míos.
Queman, me queman, nunca duermen, oran,
Y en mi rostro los siento y en el cielo,
Y le cuentan de mí, y a mí de él cuentan.
¿Por qué, por qué, para cargar en ellos
Un grano ruin de alpiste mal trojado
Talló el Creador mis colosales hombros?
Ando, pregunto, ruinas y cimientos
Vuelco y sacudo; a sorbos delirantes
En la Creación, la madre de mil pechos,
Las fuentes todas de la vida aspiro.

Con demencia amorosa su invisible
Cabeza con las secas manos mías
Acaricio y destrenzo; por la tierra
Me tiendo compungido, y los confusos
Pies, con mi llanto baño y con mis besos,
Y en medio de la noche, palpitante,
Con mis voraces ojos en el cráneo
Y en sus órbitas anchas encendidos,
Trémulo, en mí plegado, hambriento espero
Por si al próximo sol respuestas vienen.
Y a cada nueva luz, de igual enjuto
Modo y ruin, la vida me aparece,
Como gota de leche que en cansado
Pezón, al terco ordeño, titubea,
Como carga de hormiga, como taza
De agua añeja en la jaula de un jilguero.”
¡De mordidas y rotas, ramos de uvas
Estrujadas y negras, las ardientes
Manos del triste Homagno parecían! 
Y la tierra en silencio, y una hermosa
Voz de mi corazón, me contestaron. [6]

Aquí enfatiza que la visión corpórea de nosotros mismos no es más que una mentira. La carne y las memorias de nuestra naturaleza animal no son el Ser espiritual que ha cumplido la Gran Obra de la vida, el que ha logrado la disolución de los residuos impuros presentes en su ego. Este hombre superior, solar, sólo se entrevé en sus ojos, donde se asoma su alma. Nos dice claramente que incluso aquello que llevamos encima de nuestros hombros es basura ante toda la creación de la cual somos parte y que revela nuestra naturaleza divina: “Hay un Dios: el hombre; -hay una fuerza divina: todo.”[7]Durante su vida, el hombre se hace preguntas que son o no respondidas; a Martí, empero, les fueron contestadas.

¡Qué clarividencia y conocimiento de las leyes de la vida nos profesa en “Pollice Verso”! No es casual que hoy continuemos diciendo asombrados que su pensamiento está presente en nuestro tiempo. Una vez más nos recuerda el presidio: cierto es que el sufrimiento es la expiación de nuestras deudas kármicas contraídas en vidas anteriores y que van a parar a otras en el futuro.

(Memoria de presidio)

 ¡Sí! ¡yo también, desnuda la cabeza
De tocado y cabellos, y al tobillo
Una cadena lurda, heme arrastrado
Entre un montón de sierpes, que revueltas
Sobre sus vicios negros, parecían
Esos gusanos de pesado vientre
Y ojos viscosos, que en hedionda cuba
De pardo lodo lentos se revuelcan!
Y yo pasé, sereno entre los viles,
Cual si en mis manos, como en ruego juntas,
Las anchas alas púdicas, abriese
Una paloma blanca. Y aún me aterro
De ver con el recuerdo lo que he visto
Una vez con mis ojos. Y espantado,
¡Póngome en pie, cual a emprender la fuga!
¡Recuerdos hay que queman la memoria!
¡Zarzal es la memoria; mas la mía
Es un cesto de llamas! A su lumbre
El porvenir de mi nación preveo.
Y lloro. Hay leyes en la mente, leyes
Cual las del río, el mar, la piedra, el astro.
Ásperas y fatales: ese almendro
Que con su rama oscura en flor sombrea
Mi alta ventana, viene de semilla
De almendro; y ese rico globo de oro
De dulce y perfumoso jugo lleno
Que en blanca fuente una niñuela cara,
Flor del destierro, cándida me brinda,
Naranja es, y vino de naranjo.
Y el suelo triste en que se siembran lágrimas,
Dará árbol de lágrimas. La culpa
Es madre del castigo. No es la vida
Copa de mago que el capricho torna
En hiel para los míseros, y en férvido
Tokay para el feliz. La vida es grave.
Y hasta el pomo ruin la daga hundida,
AI flojo gladiador clava en la arena. (...) [8]

Martí prevé un futuro para la nación cubana, y llora. Llora porque sabe que todas las crueldades cometidas por nuestros antepasados españoles durante la sangrienta matanza aborigen en la colonización, la trata negrera y la esclavitud y luego la represión  contra los cubanos que luchaban por la libertad, serían presa de la ley de Acción y Reacción, lo que conllevaría páginas dolorosas en la historia futura: “Pagaremos con sangre y luto, la riqueza inmerecida de nuestros abuelos.” Nos habla directamente de la existencia de ciertas leyes que rigen la mente, y que son las mismas que rigen la naturaleza: estas son las leyes del Karma y del Amor. Somos lo que sembramos, en efecto: “¡La generosidad da buen dividendo!”[9], y no es la vida el paraíso utópico del Génesis, sino más bien la arena del circo romano. Sólo así, comprendiendo estas leyes naturales “A través de las pruebas y experiencias de la existencia el alma aprende y crece.”
    
     Recuerdo que en muchas ocasiones traté de entender el poema “Yugo y Estrella”  sin lograr jamás obtener una lectura apropiada. Ahora, con el conocimiento de estas leyes universales que nos descubrió el Maestro, he podido al fin comprenderlo:

Cuando nací, sin sol, mi madre dijo:
“Flor de mi seno, Homagno generoso,
De mí y de la Creación suma y reflejo,
Pez que en ave y corcel y hombre se torna,
Mira estas dos, que con dolor te brindo,
Insignias de la vida: ve y escoge.
Este, es un yugo: quien lo acepta, goza.
Hace de manso buey, y como presta
Servicio a los señores, duerme en paja
Caliente, y tiene rica y ancha avena.
Esta, oh misterio que de mí naciste
Cual la cumbre nació de la montaña,
Esta, que alumbra y mata, es una estrella.
Como que riega luz, los pecadores
Huyen de quien la lleva, y en la vida,
Cual un monstruo de crímenes cargado,
Todo el que lleva luz se queda solo.
Pero el hombre que al buey sin pena imita,
Buey torna a ser, y en apagado bruto
La escala universal de nuevo empieza.
El que la estrella sin temor se ciñe,
Como que crea, icrece!
iCuando al mundo
De su copa el licor vació ya el vivo;
Cuando, para manjar de la sangrienta
Fiesta humana, sacó contento y grave
Su propio corazón; cuando a los vientos
De Norte y Sur virtió su voz sagrada,
La estrella como un manto, en luz lo envuelve,
Se enciende, como a fiesta, el aire claro,
Y el vivo que a vivir no tuvo miedo,
Se oye que un paso más sube en la sombra:”
- Dame el yugo, oh mi madre, de manera
Que puesto en él de pie, luzca en mi frente
Mejor la estrella que ilumina y mata.

El principio de evolución, no sólo de las especies a través de la historia natural (filogénesis) sino también del espíritu, desde las etapas más primitivas y bestiales hasta las más avanzados, está claramente expuesto al decir: “(…) Pez que en ave y corcel y hombre se torna, (…)”. La capacidad humana de tener libre albedrío, dígase el poder de elegir a su antojo entre lo vano y lo trascendente, se observa aquí en la proposición materna. Aquel que escoge el yugo, símbolo de riqueza y bienaventuranza, se vuelve esclavo de su ego y al final de su paso por la tierra no evoluciona; al contrario, retrocede en esta escala universal. El que acepta la estrella, al sacrificarse en beneficio de los demás, logra la iluminación del espíritu, que se alcanza con la muerte: “La muerte con claridad sobrenatural ilumina la vida.”[10]Esta  es símbolo de la aniquilación de los “yoes” bestiales o agregados psicológicos indeseables del ser humano como medio de alcanzar la autorrealización, la evolución hacia planos superiores del espíritu. 

Por doquier nos sorprende el Martí Místico, y negarlo sería “Negar lo espiritual, que duele y luce, que guía y consuela, que sana y mata, (...) o que no conmueve a un padre la gloria de un hijo.”[11]No caben dudas de su conocimiento de las sublimes leyes universales de la naturaleza y el espíritu; y como que se dio en sacrificio por su patria, triunfó en la Gran Obra de la vida, elevado como un rayo de luz por la estrella que ilumina y mata.










                                                                      Ivan Rodríguez López.












[1] El Presidio Político en Cuba. Obras Completas. Vol. 1. Pág. 69.  Martí tenía solamente dieciocho años.
[2] Prólogo al “Poema del Niágara” de J. A. Pérez Bonalde. Nueva York 1882. Obras Completas. Vol. 7. Pág. 236.
[3] Nuestra América. Obras Completas. Vol. 8. Pág. 153.
[4] El Presidio Político en Cuba. Obras Completas. Vol. 1. Pág. 45.
[5] Escenas Norteamericanas 1883. Obras Completas. Vol. 9. Pág. 337.
[6] Homagno. Obras Completas. . Vol. 16. Pág. 159.
[7] Nuestra América. Obras Completas. Vol. 6. Pág. 226.
[8] Pollice Verso. Obras Completas. Vol. 16. Pág. 135.
[9] Hombres. Obras Completas. Vol. 4. Pág. 478.
[10] Hora Suprema. Patria. Obras Completas. Vol. 2. Pág. 251.
[11] El Partido Liberal, 1887. Escenas Norteamericanas. Obras Completas. Vol. 11. Pág. 277.


domingo, 13 de febrero de 2011

Las cisuras en el circuito cerebral  nos hacen   más propensos a la ansiedad


ScienceDaily (Feb. 10, 2011) — ¿Por qué algunas personas se sienten muy inquietas al enfrentar los asuntos más triviales, mientras que otras se mantienen tranquilas ante una calamidad? Los investigadores de la Universidad de California, en Berkeley, han identificado dos distintas cisuras en nuestro circuito cerebral que explican porqué algunos de nosotros somos más propensos a la ansiedad.

Sus resultados, publicados el 10 de febrero. en la revista Neuron pueden preparar el terreno para el tratamiento de los desórdenes crónicos del miedo y de la ansiedad. Tales males afectan por lo menos a 25 millones de americanos e incluyen ataques del pánico, fobias sociales, comportamiento obsesivo-compulsivo y desorden  de estrés pos-traumático.

En el estudio de la imagen del cerebro, los investigadores de la UC de Berkeley y de la universidad de Cambridge descubrieron dos diferentes caminos neurales que desempeñan un papel en si desarrollamos y superamos los temores. El primero implica una amígdala hiperactiva, que es el lugar en el que el cerebro refleja la reacción primitiva de lucha o huida y juega un papel en el desarrollo de fobias específicas.

El segundo involucra la actividad de la corteza prefrontal ventral, una región neural que nos ayuda a superar nuestros miedos y preocupaciones. Algunos participantes podían movilizar su corteza prefrontal ventral para reducir sus respuestas de temor, incluso aún antes de que ocurrieran los hechos negativos, según se detectó en el estudio.

 “Esto es importante porque sugiere que alguna gente le resulta posible poder utilizar esta parte frontal ventral del cerebro para regular sus respuestas de miedo --incluso en situaciones donde están en curso acontecimientos estresantes o peligrosos,” dijo la  psicóloga Sonia Bishop  de la UC de Berkeley, responsable principal del informe.

“Si podemos entrenar a esos individuos que no son naturalmente buenos en poder hacer esto, podemos ser capaces de poder ayudar a individuos crónicamente ansiosos como también a los que viven en situaciones que los exponen a situaciones peligrosas o estresantes a largo plazo,” agregó Bishop.

Bishop y su equipo utilizaron una imagen de resonancia magnética funcional (fMRI) para examinar los cerebros de 23 adultos sanos. Mientras sus cerebros eran escaneados, los participantes visualizaron varias situaciones en las que una figura virtual fue vista en un cuarto computarizado. En un sitio, la figura podía colocar sus manos sobre sus oídos antes de que un grito fuera escuchado. Pero en otro cuarto, el gesto no predecía cuando ocurriría el grito. Esto colocó a los voluntarios en un estado sostenido de anticipación.

Los participantes que mostraron hiperactividad en la amígdala desarrollaron respuestas muy fuertes de miedo frente a los gestos que predecían los gritos. Un segundo factor de riesgo totalmente independiente  resultó ser el  fallar en la activación de la corteza prefrontal ventral. Los investigadores encontraron que los participantes que podían activar esta región eran mucho más capaces de disminuir sus respuestas de miedo, incluso antes de que los gritos pararan.

El descubrimiento que no hay uno, sino dos rutas en el circuito del cerebro que conducen al miedo o la ansiedad intensificados es la principal conclusión, dicen los investigadores, que da esperanza de apuntar a nuevas propuestas de tratamiento.

 “Algunos individuos con desórdenes de ansiedad  son ayudados más por terapias cognoscitivas, mientras que otros lo son más por tratamientos medicamentosos”, sostuvo Bishop. “Si sabemos cuáles de estas vulnerabilidades neurales adolece un paciente, seremos capaces de predecir qué tratamiento lo puede ayudar.”

Además de Bishop, los co-autores del estudio son Anwar O. Nunez Elizalde en la UC de Berkeley; Iole Indovina del Neuroimaging Laboratory de Santa Lucia Foundation en Roma, Italia; Trevor Robbins en la universidad de Cambridge en el Reino Unido, y Barney Dunn del MRC Cognition and Brain Sciences Unit in Cambridge, U.K.